El 17 de mayo se celebra cada año este día tan importante puesto que ese mismo día la Organización de las Naciones Unidas en el año 2004 lo proclamo como el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y la Bifobia. Ese mismo día fue eliminado clasificado la homosexualidad como enfermedad mental por la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud años atrás.


Este día ha servido de ayuda para dar visibilidad y denunciar la discriminación de la cual son objeto todas aquellas personas con preferencias sexuales diferentes a las convencionalmente establecidas.
Después de arduos trabajos de campañas en 2005 con la colaboración de más de cuarenta países se consiguió la proclamación de forma definitiva.


En la actualidad vivimos en una sociedad donde la discriminación por religión, raza o condición sexual esta a la orden del día. A pesar de los continuos avances sociales que ha ido alcanzando el ser humano, muchas personas siguen aún teniendo prejuicios e ideas preconcebidas sin fundamento alguno que desaprueban aquellas conductas diferentes a lo tradicionalmente establecido


Es por ello por lo que hoy tenemos que seguir exigiendo que se siga avanzando en el ámbito educativo como con el resto de ámbitos sociales para fortalecer el respeto a los derechos humanos. La educación tiene que promover la igualdad, la justicia, la diversidad y hacer frente a este gran obstáculo que sigue haciendo tanto daño. La educación es la herramienta fundamental para contribuir a la lucha por el ejercicio del derecho de todas las personas, entendiendo que respetar la diversidad implica rescatar el significado profundo de convivir con una sociedad plural.


Para conmemorar este día tan importante, cada uno de nosotros debemos de aportar nuestro granito de arena para concienciar y normalizar el respeto que se merecen como personas con una condición o preferencia sexual diferente al resto. Promoviendo talleres de discriminación y diversidad sexual desde edades muy tempranas.
Tenemos por delante un largo camino aun por recorrer, pero estoy segura que poco a poco el odio y el rechazo que sienten las personas homosexuales, transexuales o bisexuales se quede en una amarga anécdota, porque todos somos tenemos derecho a un mundo libre sin discriminación.